Hoy me ha llegado, por medio de unas manitas diminutas, un diploma al trabajo que realizo en una pequeña e improvisada aula en las alturas de mi cole; ahí, donde nadie ve nada, donde parece que no pasa nada. Ahí, donde peques y mayores aprendemos cosas importantes. Yo tomo nota de cómo leen, cómo escriben, cómo se portan, cómo comprenden, cómo aprenden... y ellos la toman de mí. Y esa es la imágen que les transmito:
Y aquí la calificación escrita, de libre interpretación:
Lo guardo en la carpeta con mis diplomas. Me doy por aprobada, ¿no os parece?
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