Se me acerca Hadasita y me pregunta:
- ¿Qué haces?
- UNIR.
- ¿Unir? ¿Y qué unes?
¡Buena pregunta!.
- Son cosas para el cole.
- ¡Ah! ¡Yo también hago de eso!
Sale corriendo a su habitación, la oigo abrir su cartera, y buscar en su carpeta de deberes. Y vuelve a toda prisa con un cuadernito. Se sienta a mi lado, coge mi lápiz, abre por una hoja y se pone a unir. Unir puntos. Unos con otros. Por orden de numeración. Y sale el dibujo de un pulpo.
- ¿Te gusta?
- ¡Me encanta!
- Pues espera a que lo coloree, ¡coloreo super bien!.
Y vuelve a salir corriendo a buscar su estuche de rotus.
Yo la miro fascinada.
La sencillez de mi peque siempre me deja sin habla.
Acabo de recibir la clase magistral de la semana en Educación Primaria, y no ha sido online por la UNIR (Universidad Internadional de la Rioja), sino en mi propia casa de manos de Hadasita.
Y me he puesto a pensar...
Si nuestros días son puntitos numerados, y Dios es un niño que juega a unir... ¿qué dibujo sacará de mi vida?. ¿Formarán mis estudios en la UNIR parte de un tentáculo de un pulpo gigante coloreado de naranja chillón? ¿Seré capaz, cuando sea Maestra titulada, de enseñar a mis alumnos lo importante que es unir: unir letras para formar palabras; unir personas para que se quieran y ayuden; unir pequeños gestos que hagan la vida más bonita?.
que chuli seño
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